Naciste el día de
San Isidro en un pequeño piso del barrio de
Malasaña. Nunca conociste a tu padre y tu madre siempre decía que una gitana del rastro la había bendecido cuando estaba preñada de ti y que de ahí venía tu suerte. El primer recuerdo que tienes es corriendo delante de los grises y nada ha cambiado desde entonces. Te has pasado media vida huyendo de la policía y la otra media en chirona.
Tuviste una época dorada hace dieciocho años haciendo saltar cajas fuertes en viviendas del barrio de Salamanca y escapando antes de que los grises llegasen. La racha se acabó cuando en uno de estos golpes, junto con el Barrenos (un maño con mano para los «petardos»), el subinspector de la brigada de investigación criminal Alfredo Robledo, el Gordo, te trincó. Por suerte, le caíste en gracia y trabasteis amistad.
El Gordo se convirtió en una especie de padre o hermano mayor para ti, tratando de evitar que te metieras en líos o sacándote de ellos. Si no hubiese sido por él probablemente hubieras acabado en una cuneta. Es un buen policía, al que no le importa mancharse los zapatos cuando hace falta para resolver un caso y pese a sus enemigos no ha parado de ascender. Desde que le nombraron comisario del distrito centro hace 6 años apenas has tenido contacto con él.
El trabajo últimamente escasea, ya no se valora la profesionalidad y la discreción. Cualquier drogadicto comete un atraco a punta de navaja o te pega una paliza sino te raja por robarte tres «libras». Has trabajado de todo, tu pasión es conducir pero te han retirado la licencia de taxi y has tenido hasta que usarlo de cunda para llevar a esa mierda de drogatas a chutarse.
Está mañana te encontrabas comiéndote una pera en un banco de El 2 de Mayo cuando Pacheco, un guindilla comemierdas del distrito centro se ha pensado que le amenazabas con la navaja.
Que sabes de:
Jesús Carrasco (Zorro)
Este pirao hijoputa te da miedo y con razón, siempre con su media sonrisa en esa jeta de rata. Trabajaba para la Social y en una ocasión pasaste por su «oficina» de interrogatorios y confesaste, claro que confesaste. Hubieses vendido a tu madre si él te lo hubiese pedido. Le echaron del cuerpo y ahora trabaja de periodista. Por alguna razón el Gordo le aprecia, por lo que le respetas.
El Niño López (Rober)
Tozudo como un burro pero es un tío enrollao. Era un poli legal que hubiese llegado alto bajo el ala del Gordo, pero las putas drogas acabaron con su carrera. En su tiempo en antidrogas le ayudaste con algún caso. Ahora boxea para sacarse cuatro perras, de vez en cuando vas a verle y gané o pierda os vais de parranda al centro.
