Eras un tipo importante de la
Brigada de Investigación Social, respetado y temido a partes iguales. Hacías lo que era necesario para combatir a los enemigos del estado y defender a
España. Te llamaban
Zorro por lo astuto, sabes que algunos te tenían otros motes peores pero nadie tenía pelotas a llamártelos a la cara.
Por tu “oficina” pasó todo tipo de escoria: comunistas, republicanos, terroristas y todo tipo de colaboradores de estos. No hubo uno sólo que no terminase hablando. No te tembló la mano con ninguno ni siquiera cuando tuviste que interrogar a tu sobrina. A tu hermana le contasteis que se habría escapado con ese novio vasco que se había echado. Sabes que tenías que hacerlo y no te arrepientes. Pese a ello, aún sueñas con su pálido rostro sin vida.
Hacías un buen tándem con Alfredo Robledo, el Gordo, y su equipo. Tú proveías la información y ellos actuaban. Fueron buenos tiempos y el Gordo y tú llegasteis a ser grandes amigos. Pero se murió el Caudillo y todo lo que habías luchado por construir se fue a la mierda. Esa basura a la que combatíais es quien ahora gobierna y se pasean a sus anchas cómo si la ciudad fuese suya.
El Gordo fue listo, se arrimó a quien debía y fue nombrado comisario. Tú no tuviste tanta suerte, con la llegada de González al gobierno, algún mierda se fue de la lengua y te denunciaron. Tuviste que abandonar el cuerpo y poco falto para que no acabases en prisión. Fue gracias al Gordo, quien, jugándose el recién estrenado cargo, uso su influencia para que se diera carpetazo al asunto y no se hablase más de él.
También fue el Gordo quién te consiguió el puesto en el El Caso, un semanario de sucesos. Es una mierda de trabajo pero paga las facturas. Además que no se te da mal. Últimamente anda de capa caída y tratan de solventarlo enseñando toda la carnaza posible.
Hace dos días la ETA puso una bomba a un convoy de la guardia civil, 11 jóvenes guardias asesinados por la explosión, otro ejemplo de que tu trabajo era necesario. Ese mismo día había aparecido el cadáver de una chica en El Pardo. La policía ha dado carpetazo al caso alegando que era una heroinómana prostituta acuchillada por su chulo. Así se pueden centrar en lo importante, el atentado contra la guardia civil. Sin embargo, tuviste ocasión de verla en el Anatómico Forense. Aunque sólo la viste unos segundos, has visto muchos cuerpos torturados como para no reconocer uno a simple vista. Algo huele mal y quizás fuese porque la chica te recordaba a tu sobrina pero ibas a descubrir que era.
Que sabes de:
El Niño López (Roberto)
Hijo del compañero del Gordo. Cuando éste murió en servicio Robledo se hizo cargo de él. Lo saco de las calles y le metió en el cuerpo. Era un buen chaval y tenía un buen olfato. Pero era débil como su padre y las drogas acabaron con su carrera. Pese que hace años que ya no es un niño se ha quedado con el apodo. El Gordo sigue ocupándose de él y en varias ocasiones te ha pedido a ti que le sacases de algún apuro.
El Rubio
Un ratero de poca monta aunque limpio y discreto, del que no recuerdas ni su nombre. Te sorprende que siga vivo. Una vez le interrogaste y aun te ríes al recordar cómo lloraba cuando se cagó encima. Desde entonces lo habéis usado como informante o cuando habéis necesitado ayuda de algún tipo. Es un buen conductor y sabe tener la boca cerrada.